Portarse bien ha sido sencillo, cuando Julia tiene periodos de ser buena persona, le deja una sensación de perfeccionismo, de control sobre lo poco que puede controlar; sus impulsos. Los deseos de ser quien corre, de ser quien escapa, quien grita, quien sonríe, quien se moja en la lluvia, quien le dice que aún lo extraña. Lejos de éso ha estado una fase donde no parece importarle nada de lo que piensen los demás. Cuando hace lo que quiere, al principio lo disfruta, pero después; muy dentro de ella, sabe... que la culpa no sabe dulce, que saber que hizo lo que ella nunca hubiera hecho, no le deja siempre buen sabor de boca. La sonrisa de felicidad superflua se evapora en el calor del asfalto. Así sucedió el penúltimo día de mayo. Ese medio día lleno de recuerdos de este mes tan lleno de sentimientos encontrados, donde una revisión de rutina abrió la posibilidad de un futuro incierto a través de una biopsia en quirófano.. Donde el amor de su esposo le da tranquilidad, pero al...