Sapos y ranas
Ser adulto no significa que los miedos se queden paralizados en la época infantil o en los años adolescentes. Pueden hacer su aparición en los momentos menos esperados, muestran sus garras y te echan en cara la vulnerabilidad que posees.
Aquel día habíamos viajado durante todo el día, el calor veraniego se observaba por el rededor. La vegetación era poca, aquellas montañas de rocas blanquecinas, dejaba poco espacio para la vida, se asomaban pequeños arbustos chaparros, espinas largas y puntiagudas están en cada una de sus pequeñas ramas.
Al ocaso del Sol, llegamos a la cabaña, hermosas rocas volcánicas y vigas brillantes daban llenaban de aromas románticos y cálidos al abrir la puerta. Mis hijas estaban contentas de descansar en aquel bello paisaje; recorrieron de extremo a extremo cada uno de los espacios de aquel conjunto vacacional
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