Breve, pero inmenso
Sola de ella misma, está irreconocible en tan solo unos minutos. La soledad y la ausencia de quién sabe Dios qué, la invade enormemente. Está cansada de sentirse vacía y vulnerable. Dónde está aquella danza cuando se encontró por la ventana y bailaron juntas para no separarse. Se han quedado mudas; sin nada qué decirse, sin oportunidad de entablar una conversación que les ayude para continuar.
El árbol de Navidad, trata de dar algo de brillo a la estancia, pero Julia, sólo quiere lanzarlo por la puerta. Estas vacaciones de invierno fueron las más extrañas de toda su vida. La soledad la inundó y ahora no sabe cómo deshacerse de ella y regresar a la normalidad. Quiere sentirse plena como se sentía antes de todos estos días. Sabe por dónde comenzar pero las fuerzas le fallan. Su mente, como siempre no pretende dejarla en paz. Sabotea una y otra vez las ganas de salir de ésta.
Los ojos hinchados de llanto no la dejan observar lo que tanto ama. Ha salido a la calle a tomar aire y llorar, aún más. Desea observar las estrellas, la tonalidad del cielo, el verde de los árboles; pero sólo ve manchas. Le duele el cuerpo, el espacio; le duele respirar.
Observa detenidamente a la gente que pasa a su lado y se da cuenta que sonríen. No logra recordar hace cuánto que no lo hace de manera natural y sin un propósito de liberación. Desea correr, correr tan lejos que nadie la conozca y poderse tumbar en una acera a gritar lo que la aqueja. De tanta gente que conoce, sabe que sólo Jana la comprende. Ella sabe cómo se siente.
Quiere despojarse de Braulio y de Enrique. Ellos son sólo recuerdos que se han ido. Dejando las maletas olvidadas en la puerta. No desean abandonar por completo a Julia. Necesita la contención de Braulio, su paciencia y su comprensión; de Enrique necesita la mirada, sus manos, su amor. Y ninguno de los dos está más. El espacio se ha quedado vacío. No los encuentra en la calle, ni los ve con facilidad. Pero los tiene presentes en su vida diaria. A Braulio como el mejor amigo que ha tenido y a Enrique como el amor más grande de su existencia.
Abre el móvil, en una conversación y se da cuenta que la persona que busca, está activa. La deja abierta y observa su imagen. No quiere sentirse sola. Es una estupidez que un punto verde en una pantalla de sensación de acompañamiento.
¿Qué clase de vacío está transitando por la vida de Julia? Es un vacío que no reconoce del todo. ¿Dónde se ha perdido?, Ha perdido tanto. Lo material, así como la pérdida de personas importantes en su vida. ¿Dónde se localiza entonces lo que ya no se tiene? ¿Dónde se detienen las ganas de llorar y correr? ¿Hacia dónde se va cuando no aparece el camino de vuelta a ella misma?
Comentarios
Publicar un comentario