Para tí, con amor

Tengo una pregunta para Julia, una pregunta seria y con carácter de urgente. Desde cuándo decidió que lo primero que llegara a su vida lo tomaría?, como cuando se toma un café sin ganas, con tal de que no se enfríe. Total si se enfría, a quién le importa, que lo arrogen por el drenaje y punto.
Ella está cansada de ir y venir entre  una espera que le resulta conocida. Está harta de saberse en detenida de alguien, de quien sea , en pausa; como si su vida  importara un carajo. Como si los demás decidieran en que lugar y a qué hora debe estar ella para el mundo entero.
Dónde deja de nuevo el valor recobrado?
Debía retomarlo  por los cabellos, gritarle desde los más profundo de su alma, que esta vida es suya, y nadie, ni nada debía empañar su hermosura, su valor real como ser humano. Julia Eskarra, sabe cuáles son sus sombras, las ve posadas sobre sus hombros varias veces al día. Se sabe frágil, niña. Pero también reconoce frente a ella misma que tiene las manos llenas de herramientas para levantar el vuelo, para cortar para siempre las anclas que la detienen en las orillas. Quiere dejarse llevar por el viento mientras piensa que rumbo tomar, por lo pronto, podrá sólo sostener una leve esperanza sellada en el mástil más alto de su alma. Podrá posarse en el fondo del bote y obsevar el cielo azul y las tormentas que se avecinan, sin miedo, sin lastres que no la dejen avanzar a ella misma.
Es momento de decidir por ella, de nuevo y sentir que el viento se lleva las lágrimas y las confunde con el océano, que toda pena se puede olvidar, que todo pesar se puede tirar por la borda cuando ya no se puede con él. Total, habrá más vientos, más aguas; pero no hay otra Julia de repuesto, no hay ninguna igual que ella. Ninguna que luche con entereza y con la frente en alto. Nadie vendrá a rescatarla, ni hoy ni nunca, sólo ella puede y lo sabe. Así lo hará. Una vez más

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Con vehemencia

Amor