Al derecho sobre la mesa

Las piezas del rompecabezas se han guardado una y otra vez. Desconocen la causa del porqué no pueden ser ensambladas. Vuelven a la caja y se resguardan. Murmuran entre ellas, desean armar una nueva historia, un hermoso paisaje donde pueda transitar alguien feliz y sola, donde sólo se sientan sus pasos sobre las baldosas rojizas de los pasadizos extraños.
Sueñan con lanzar chorros de agua por las gárgolas de la fuente que se dibuja al fondo, y, recibir los deseos más profundos de aquella nueva figura. Una figura con  vestidos ligeros y cabellos largos, que sólo le puede mirar la espalda, porque ya no regresa, sólo va.
Llegado el día, se voltearán todas al derecho y se buscarán entre ellas; primero las orillas, para enmarcar una sonrisa al vuelo, para tener un bobo logro que significa más de lo que aparenta. Se buscan los colores similares; los brillantes y los opacos, las letras y los carteles de las calles. Los azules de la fuente de los deseos y los rojos de las baldosas.
Falta poco para colocarse en el lugar que les corresponde; para dejar  andar a la silueta que las toca sobre  aquel lugar; un lugar que se convertirá en el espacio ideal para dar un salto sin retorno y sólo ir.
Donde Julia Eskarra sólo pueda pasear libre de ataduras, de las cadenas que ella misma se ha colocado a sus pasos y a sus muñecas. Sus muñecas están cansadas de no poder armar libremente el rompecabezas que ha logrado dejar, ya sobre la mesa. Poco a poco se ha dado cuenta de qué están hechos los eslabones que la tienen en ese estado.
La dependencia emocional estaba siendo su principal elemento, a ella se adhirió la soledad mal llevada, la inseguridad, la falta de decisiones propias; dejando de lado su propia existencia y su espiritualidad que antes había anhelado tanto y buscado.
Se estaba olvidando de su principal objetivo en este nuevo camino, ELLA. Retomó la historia de Enrique por unos momentos, se adueñó de la inexistente figura de Alan, queriendo dar una forma y un lugar donde no hay nada. Ni siquiera ella desea que exista algo. Está cansada de vivir de ilusiones y descalabros. Se quedará todo atrás, de una buena vez y saldrá sola, como tantas veces lo anheló.

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