Si estás leyendo:



 Se están diluyendo las letras entre el tiempo, no es posible aprisionarlas por mucho más, es mejor en estos momentos perderlas  por  completo. No son de nadie, son tan solas e incondicionales. Se prestan a cualquiera que deseé nombrarlas o tocarlas a través de las tintas, ser tan sublimes que pueden ser solicitadas a través de un frío teclado. Las letras se confunden y no siempre saben a dónde van, cuando se han dado cuenta que no debieron ser escritas jamás o que ya es tarde para que alguien más las lea.

Así de tarde es para mí, así de tarde fue para él. Nunca se juntaron sus destinos, a penas si se rozaron durante tantos años. Las oportunidades quizá fueron muchas para él y para mí, pero pocas las ganas o grande el miedo. Las vidas de dos personas es mejor que permanezcan aislados el uno del otro, sin ni siquiera nombrarse a solas.

Este espacio es mejor cerrarlo, ha permanecido abierto durante mucho tiempo, durante muchos años. Tratando de despersonalisarme a través de una figura fantasmal que es Julia. La construí para no ser ella, para que sus deseos mundanos y sus pesares quedaran de lado, lejos de mí, lejos de mi vida que quiero mantener a salvo de la utopía. He utilizado este espacio para vomitar mi interior sin que me represente pena, miedo, decadencia, dolor... así, alejada de mí misma, aparentemente, he podido limpiar mis recuerdos de muchas cosas que ni siquiera recordaba porque la devastación nublaba mi vista. he usado mis palabras para olvidar a Enrique, para dejarlo de amar y ya fue desde hace mucho el momento.

He tratado de que Julia hable por mí, pero en mis desventuras lo he buscado, poco, para ser honestos; tomando en cuenta que los impulsos rebasan por mucho las ganas de hacerlo. Pero ya es momento.

La asistencia a terapia, para resolver las encrucijadas de este obsoleto y absurdo recuerdo; me llevó a darme cuenta que mis memorias y el escribir sobre ello, sólo me provoca querer abandonar todo lo que he logrado, de tener dolor por la impotencia de no tenerlo y nunca haberlo tenido de verdad; me ha hecho enfermar por días por no haber resuelto y soltado un amor mal correspondido. Ha paseado por noches enteras la ansiedad y llanto por no escuchar sus palabras, porque no me busca, porque no respondió , porque no me amó, porque no fui nunca suficiente, porque no se quedó.

Con los años, me he dado cuenta, que dejarlo sentado en una banca que la noche olvida, es mejor que cargarlo conmigo. 

Por ello:

Quiero decirte a ti, que estás leyendo, que si bien, te he extrañado por más de la mitad de mi vida, hoy acepto que no deseas estar a mi lado, que lo único que te trae en algunas ocasiones, para leerme, es tu ego; ese que he alimentado por años, por haberte amado infinitamente, por haberte evocado en mis sueños y en mis LETRAS E HISTORIAS.

Por ello, hoy te digo, que gracias por lo que hiciste por mí, lo que pudiste darme; gracias por tu ternura, por tus caricias, por tu mirada, por tu voz; que llenó mis vacíos. Gracias a tí que estás leyendo, por existir en esta vida, al igual que en las otras. Estoy segura que no volveremos a encontrarnos en ésta y tampoco en la siguiente. Este destino amorfo y  paralelo, se ha evaporado con tu silencio y mi afán por dejarte de amar y de pensar. Que la vida te llene de todo lo que sueñas, de todo lo que tu alma desea.

Agradezco tu distancia y silencio que me ayudó por fin, a dejarte de amar. 

Qué alivio poderlo decir por fin y sobre todo, no sentir nada por ti. 

Que las huellas que dejé en estos años sin ti, conmigo y con Julia; se las lleven por fin las olas que tantas veces desearon llevarse mi existencia. Que el rastro se borre, que los recuerdos se pierdan contigo, que lo que no hubo se agradezca más cada día. Porque me permite seguir mi vida con quién es y será el verdadero amor.

Que si se escribe algo, sea en otra parte y por otras causas, que las palabras se congelen con la frialdad del silencio que mató el amor que quedaba.

Cuídate, gracias y adiós.

Las cosas no son como debieran, este borrador estaba borrado hace un mes y en la computadora de Julia que no es Julia, no desapareció, por qué?, no sé, nunca sabré, ni ella, ni Enrique...menos él.

Ojalá los vientos hubieran sido diferentes



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