Sola


 No ha pasado ni un mes de que Julia había desaparecido y sus silencios sonaban más fuertes ahora.

Callar la voz que desea hablar es un acto de egoísmo y una mentira guardada.

Hoy, hace unos momentos se terminaron las caricias, incluso las diminutas. Los sollozos, quizá demoren un poco en disolverse entre las tormentas o quizá mejor, decidan irse con el sonido de los relámpagos.

Hoy, se escucha a penas un latir callado. Debería desaparecer ante la indiferencia, sin embargo, entre más silencia esté la noche, más estruendoso es el golpeteo de su corazón  

Quizá sea necesario que sigas latiendo, aunque sea escondida para ti y para mí.

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