Poco
Y me pregunto si es mucho, me pregunto si es poco, me pregunto si ya es suficiente todo ésto que hasta el pecho me duele.
Y nada llena las preguntas, sólo se hace un precipicio más grande de verdades a medias, de medias caricias sin destinatario.
Duele el pecho sí, de ganas de detenerme, de ansias de gritar y puñales directos de silencio, de un dueño que no concluyó, que quizá ni siquiera comenzó.
Las piernas inquietas pasadas las seis de la tarde, las manos civilizadas que las detienen tratando de regular el ímpetu que desboca el alma de salir corriendo.
Pero a dónde, a dónde se va cuando las nueve dan?
A dónde se corre cuando el silencio aprisiona la memoria?
A dónde se huye cuando el anhelo debe ser moderado para no caer en las garras de la locura?
A dónde voy con esa fuerza, con esas palabras, con ese sentimiento que ya no reconoce mi esencia?
A dónde?
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