Verte de frente

Julia Eskarra ha mantenido una vida extraña, siempre lo supo, su vida no sería estática. Se aburre con facilidad, necesita nuevos sueños, otros horizontes por los cuales asomarse; incluso dejar muchas cosas o apostar a lo incierto por una aventura. 
La adrenalina que corre por el cuerpo es una adicción imparable, he necesitado mucha fuerza de voluntad y trabajo en la autoestima para poder observar desde una perspectiva más fría y sin apasionamientos la realidad. Lo cierto es que esta visión se dio, en el caso Enrique-Julia, después de muchos descalabros y vómitos emocionales.

Así, en aquellos días, la lucha comenzaba; entre lo bueno y lo malo. Desde pequeña, la buena moral se hizo  parte de mi vida, y un pequeño paraíso, donde me sentía aceptada y tranquila. Tratar de vivir siguiendo a las buenas costumbres, de acuerdo con una religión que marca el significado de una mujer recta y "buena", había sido un rumbo que vivía a plenitud. Aunque muchas veces llegaban a mi mente recuerdos de mi infancia y adolescencia, donde mis pensamientos no habían sido como debían; esas sensaciones me hacían ruido en la cabeza y me distraían de mi paz interior. Luchaba por no ser ésa, por divorciarme de mi YO precoz y ligero, esa Julia pesa mucho. Vivir como si no, como si nunca, como si no fue, es cansado. 
Y aún en esta batalla, decidí lo que me daba más sensaciones, dejando de lado lo que debía. Cada mensaje era reclutado en mi interior, los dejaba ahí, para después en secreto evocarlos, decírmelos al oído, sacando de mi alma su voz y recitarlos para mí. En tonos que me decían lo que necesitaba y no lo que era. Así se viven los errores, se murmuran entre ellos lo que deciden ser, se disfrazan entre sombras y salen como una ilusión. 
Ha sido difícil vivir con tantos recuerdos, porque al final se tornaron dolorosos, por la carga emocional que contenían, las culpas y estigmas lo hicieron más difícil de digerir, y las charlas de terapia vespertina, no recogieron todo aquello que deseaba abandonar.
Por tal motivo,  estoy sacando de la caja de pandora, todo aquello con lo que he luchado separar de mí. Soy ésta, con el montón de pecados, defectos y debilidades, de vivencias no resueltas, de dolores y duelos no superados; y en la medida que los vea, dejaré de olvidarme a mí misma y podré seguir con quien soy. Dejando en la caja a Enrique y la espera de sus disculpas, de sus explicaciones, que nunca llegaron. Asumiendo mis errores y viéndolos de frente, con sus detalles y presencias, tomándolos para poder dejarlos atrás. Mirándome y encargándome de mí misma, para poder decir:  soy ésta, de esto está compuesta mi historia, estas son mis heridas y mis triunfos, así fui, ésto hice, soy Julia Eskarra.

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