Sin acto de presencia
Me he resistido a escribir durante muchos meses, mi ausencia me hace bien por largos periodos, no siempre es necesario ser Julia, no siempre es necesario desbordar la razón donde no quedan muchas ideas, no siempre vale la pena inundar las escaleras de recuerdos donde ya no queda ni un sombrío vestigio de nada.
Ausentarse de sí, es un sano resguardo. Una zona de agudeza latente ante lo que ha dejado de ser desde hace tanto tiempo. En muchas ocasiones Julia llegó a pensar que todo aquel torrente era inagotable, sin embargo, hasta el día de hoy se percata de que el olvido existe, que el amor sofocante que sintió por tanto tiempo se logró aniquilar entre las sombras del silencio de quien no tiene intención de estar cuando más se le llegó a necesitar. Aquella figura sólo hacia acto de presencia cuando requería aumentar su ego; la egolatría se estaba mutilando poco a poco... entre mensajes sin respuesta, entre llamadas de auxilio sin ayuda.
Muchas veces la misma Julia se rasgaba las entrañas de desesperación tratando de entender el motivo del silencio cuando ella más lo necesitaba, pero a decir verdad no lo comprendió, ni siquiera escuchó alguna justificación ante el rotundo silencio. Pero quizá era lo que más necesitaba para acabar con aquel ensueño tonto que resguardaba bajo su pecho, era lo único que ocupaba Julia para poder terminar con tan fastuosa comedia de décadas de soledad interna. Sólo así cobraría sentido la mutilación de las historias que contaba en su cabeza, sólo de esta manera tajante Julia daría el paso más saludable a la realidad.
Era de agradecer entonces a ese fantasma tanto y nada que jamás fue capaz de proporcionar, era de celebrar que la inexistencia de una figura idealizada perdiera fuerza y sentido, era para anotar en los pequeños papeles que no quedaba ni grafito para seguir vislumbrando ideas de textos sobre lo que jamás fue, ni sería nunca más.
Gracias entonces por nada, por llevar a Julia al límite del olvido, por llevarla a la extinción de un amor irreal, gracias por no existir más, gracias por devolverme en la nada a la que es ahora; a la que transita el cuerpo de Julia.
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