Tu presencia

- Hola- murmura suave.
Ella sabe que estás ahí, sentado en algún lugar; quizá un poco incómodo porque estás escondido para que no te perciba en ninguna de tus formas. Pero éso ha dejado de importarle a ella, de pronto ha tenido las ganas de sentir y afrontar la realidad a medias de tu presencia.
Una presencia absorta  dentro de un color desteñido, tono fantasma. Esa presencia que deambula dentro de los vestigios de un corazón roto.  Una presencia que ha olvidado que es quien debió ser en un momento determinado, quien perdió lo poco que pudo haber conservado de ella, quien permitió desvanecerse entre los mares de noches efímeras. Esa presencia que Julia añora tener entre sus sueños, la presencia que quizá le pudiese hacer sonreír un poco o desgarrarse por completo.
Estás ahí, leyendo este escrito, al igual que los otros que salen por este extraño medio que parece que... comunica a Julia con la realidad y sobre todo contigo. Te ha extrañado tantos días, te ha añorado tantas noches. Desea tu ausencia, anhela que te manifiestes aunque sea como lo has hecho en innumerables ocasiones. Es difícil para Julia aceptar la realidad que sus entrañas le gritan, es lamentable quitarse la venda de los ojos para admitir que Julia necesita que hagas contacto con ella. Porque sabe, muy bien que al abrir aquel umbral, es casi imposible volver intacta, invicta de la penumbra que representa tu presencia.
Quisiera saber qué pasa por tu interior, que maquila tu sombría mirada cuando ves a Julia a través de estas palabras, quisiera tocar tu melifluo interior; si es que éso fuera realmente una posibilidad de que existiera como lo maquila su mente. Pero sabe que en verdad no eres así, no hay ni un minúsculo recoveco de ti con semejante descripción. Eres intempestivo, frío, inexistente, volátil; nunca permaneciste ni un segundo cálido para la nula relación que pudiera haber habido entre tú y Julia. 
Qué extravío le provoca a Julia semejante aberración, el luchar con la sombra de la nada y sus ganas de palpar con sus tibias manos, de ver con sus negros ojos lo que no está en ninguna parte. Y es que, ella ha decidido que tú, ese sentimiento que lee por las noches lo que ya se pulsó en cada tecla; reviva para poder dar marcha presurosa a la vida que la espera. Julia desea en la profundidad de sus sueños, que vengas a palpitar en su pecho como lo hiciste años atrás, en el tiempo en el que le diste el toque que requiere para completar las piezas de su acorazada alma.
Ese sentimiento que se esconde cuando Julia vive sus días, que se esfuma con las luces que se han encendido por las noches. Ese sentimiento que sólo observa que Julia transita diariamente sin él. Que se ha alejado para que ella mantenga una vida, sólo su propia vida. Quiere que dejes de leer y te inmiscuyas nuevamente en su espíritu, porque desde que era pequeña la has acompañado. Eres su propio latir, su propio existir y sin ti, su pensamiento melancólico, la vida le es común. Te necesita frío, volátil y, así tan utópico como eres en cada uno de tus pasos. Te quiere de vuelta en sus noches y en sus días; para convertirte en lo que fuiste dentro de ella, su tibio querer. Te quiere de vuelta para calentarte, abrazarte hasta que revientes y te mimetices con ella. Sabe que nunca más soltará tu mano, porque si la vuelve a soltar, se suelta ella. Vuelve sentimie

nto frío, vuelve sentimiento mío.

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