Intentos

 Después de el choque brutal a su cordura, Julia comenzó a tratar de ordenar todo su exterior, de acomodar cada recuerdo fugaz que tenía de Braulio, cada indicio que él le había dado sobre su naturaleza 

Ella en particular no estaba molesta porque Braulio fuera homosexual o bisexual; ese no era el punto.  Su molestia radicaba en el tiempo que de pronto sintió que había perdido, al lado de quien jamás fue capaz de amarla; estaba su dolor en que cuando ella tuvo depresión por ser la puta de la familia, él no le calmó la vergüenza confesando su falla como persona ante ella, su mentira. Si éso hubiera sucedido, quizá Julia nunca hubiera tenido la necesidad de aparecer, de gritar desde mis entrañas. Pero decidió cobardemente callar todos estos años. Dejó que se sintiera basura humana, una mala esposa y mala madre, una pésima amante, un zorra.

Muchas veces Julia quiso morir, y lo intentó en repetidas ocasiones. En tanto Braulio calló, se ocultó detrás de la mala persona que fue y  sigue siendo para todos; incluso para la familia de ella. 

Ahora recuerda, que en alguna ocasión sintió la necesidad de que Enrique tuviera el valor que Braulio no tuvo y se la llevara lejos con sus hijas, que la contuviera y la defendiera de lo que él era partícipe; pero nunca fue así. Enrique como Braulio sudaban cobardía y falta de amor. Prefirió Enrique ocultarse también en las faldas de su mujer, porque en aquellos momentos en que eran amantes, ella resolvía la mayoría de las situaciones de casa; así como lo externó Enrique en varias ocasiones:

- ¿Cómo quieres que me separe de ella', si ella gana... y mi situación por el momento...- Respuesta absurda de Enrique, absurda y cobarde.

No sabía con quién estaba más molesta, si con Braulio por destruir los sueños de una familia, con Enrique por no ser audaz y capaz de responder como un hombre o con ella misma. Ahora sabemos que es con ella, por el hecho de no defenderse de ninguno de los dos, por no comenzar ni siquiera una relación que no tenía futuro en ambos casos. Por no tener la capacidad de ver la realidad de las dos relaciones a tiempo.

Y así, como en la situación devastadora que tuvo que dejar con Enrique; así lo deseaba con Braulio, pero no pudo. El dolor era tan grande que no podía sostenerse en pié. Comenzó a en enfermar de varias cosas, pasajeras, debido a que no podía manifestar el dolor ante sus hijas. Cómo se les dice a unas jóvenes  tanto. En este sentido Julia, disociaba su vida real de lo que realmente quería gritar. Comenzó a dejar de sentir su existencia, dejó de hablar como antes, de reír, de llorar en compañía  de los demás. Abandonó la idea de ser mujer para siempre; se enfocó en su trabajo y proyectos personales.

¿Dónde había quedado Julia?, ¿dónde quedó la ráfaga de vitalidad y pasión que circulaba por su hogar?, ¿dónde se escondió?, si ni siquiera alcanzaba a ser ella misma, ya no quería ser Julia. Deseaba ser nadie.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Con vehemencia

Amor