Callada

 La garganta se cerró, casi por completo 

El viernes sostuvo sobre su agenda las ganas de llorar como niña, como esa niña a la que nadie toma en cuenta 

Y entonces se aguantó, tanto que cuando pudo llorar a solas, salió todo; pasado y presente en un llanto sin contención, sin escucha, sin una palmada, sin un mensaje 

Y en lugar de éso, arremete contra sí misma el dolor convirtiéndolo en una enfermedad que no la deja hablar 

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