Te necesito
Quiero llorar, gritar, maldecir, resistir, saltar, huir, golpear; pretendo dentro de Julia anidar todo mi dolor disfrazado de irá. El recuerdo fresco acecha por momentos, me hace aterrizar en la realidad que deseo esconder en el cajón de los cubiertos. Anhelo que esa realidad se revuelque en los brillos absurdos de la fantasía, que se empape de lo inexistente, para que duela menos, para asimilar mejor. Es absurdo el cómo ahora ya soy yo, solamente; aquí abierta desde la nuca hasta las entrañas. Parecía que Julia era más fuerte, que era la que vivía alternamente para poder sostener lo insostenible de lo que yo no era capaz de afrontar; empero ya ni ella es capaz de vivir por mí, no es capaz de arrebatarme esta pesadumbre, este enojo extremo por Braulio. Se ha esfumado, espero, sólo por un tiempo, en lo que dejo de llorar por los rincones, en lo que mi alma se contiene de nuevo y se deposita en el interior de la Julia que me proteje.