Contra la pared
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El pañuelo desechable se ha resbalado por las rodillas desnudas de Julia, su falda se ha subido unos centímetros arriba al sentarse sobre su silla giratoria rosa pastel. El consultorio se ha quedado en silencio, son las diez con cuarenta y cinco minutos de la noche de ese viernes de marzo. No corre el viento, la noche está quieta. Julia levanta el suave pañuelo de entre sus pies, observa los tacones color nude que lleva puestos desde las tres de la tarde, que comenzó a atender a sus pacientes. De pronto una opresión en el pecho le llega de golpe. Un sórdido recuerdo de hace más de trece años le roza la piel de sus dedos a través de aquel sutil objeto que recoge. Braulio ha descubierto una conversación en la computadora de Julia. Aquella noche el bullicio de la casa, estaba por colapsar en silencios craquelados. Julia estaba sentada sobre la cama de una de sus hijas, estaba por morir la noche y ella escondía mensajes en las redes sociales. Enrique estaba mensajeando a Julia....