Tiempo
Nada ha pasado, sólo el tiempo. Ese que recorre solo las calles vacías de las noches calladas. Ese que parece que espera a Julia, sin embargo, al cabo de unos minutos, ella se ha dado cuenta que se ha ido. Ya pasado... ya mucho tiempo, muchos días, muchos meses. Desde aquel día, en qué parecía que eran amigos. Que podían conversar como nunca lo habían hecho. Eso duró poco, poco tiempo. Se sintió quizá todo dentro de la nada que fue. Porque más vale tener un tantito a no haber tenido nada. Aunque ese poquito desespera, porque ella quiso todo o por lo menos un sorbo de atención, un sesgo de comunicación, una huella en la arena que sea visible por lo menos en las noches. Un hola, sin un té quiero, un buenas noches, sin un suspiro. Mediocremente, un contacto sutil a distancia que roce la piel de ella y le recuerde que está viva, que él no está tan lejos, que le devuelva los recuerdos y cree nuevos para escribir. Han pasado ya tres años desde la última vez que lo vio por videollamada, ...