Alma estremecida
Los ojos negros se cierran, quisiera Julia tener más energía en este momento, en este día. Quizá para que las entrañas nos le duelan, para que el alma no se estremezca. Pero es inevitable, los días han sido largos, fastuosos. Los días han llegado con miedo, con una sensación de incertidumbre que corroe las esperanzas. Muchas veces ha llorado porque la responsabilidad ha sido a solas, no se queja, sólo le asusta por momentos. Saberse sola cuando el telón se cierra, cuando las anclas se sueltan, cuando los candados se ponen sobre las rejas. Cuando reclama, lo hace hacia quien le dejó sola, como si ese ser se hubiera muerto, aún cuando sigue con vida, pero muerto ante el valor de la corresponsabilidad. Ha huido detrás de una agonía diaria. Se ha perdido entre lamentos y victimismo. Y ella, mientras tanto, se mueve bajo una capa de día inagotable, de fuerza solitaria. Ha tenido que levantar los muros tan altos que sea necesario que las linternas de enciendan porque el Sol ha dejado de...