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Mostrando las entradas de enero, 2025

Alma estremecida

 Los ojos negros se cierran, quisiera Julia tener más energía en este momento, en este día. Quizá para que las entrañas nos le duelan, para que el alma no se estremezca. Pero es inevitable, los días han sido largos, fastuosos. Los días han llegado con miedo, con una sensación de incertidumbre que corroe las esperanzas. Muchas veces ha llorado porque la responsabilidad ha sido a solas, no se queja, sólo le asusta por momentos. Saberse sola cuando el telón se cierra, cuando las anclas se sueltan, cuando los candados se ponen sobre las rejas. Cuando reclama, lo hace hacia quien le dejó sola, como si ese ser se hubiera muerto, aún cuando sigue con vida, pero muerto ante el valor de la corresponsabilidad. Ha huido detrás de una agonía diaria. Se ha perdido entre lamentos y victimismo. Y ella, mientras tanto, se mueve bajo una capa de día inagotable, de fuerza solitaria. Ha tenido que levantar los muros tan altos que sea necesario que las linternas de enciendan porque el Sol ha dejado de...

La mayoría de los días

Deseo que hayas disfrutado esta mañana

En todas partes

 Los mejores días, suelen ser los días soleados. Los mejores días son donde lo veo, donde siento tocar mi cuerpo con su quietud y su fuerza a la vez. Donde observo en silencio lo que desea decirme, donde escucho lo que mantiene para sí. Donde su silencio me deja tranquila, donde su estruendo me hace callar. Verlo cómo es capaz de alcanzarme aunque yo corra, notar su presencia aún cuando cierro mis ojos. Y ahí se encuentra, cada vez que yo deseo, cada vez que yo lo invoco, cada vez que yo lo anhelo, cada vez que necesito saber que me espera a que yo decida estar cerca. Esa certeza me mantiene con vida, me sostiene cuando me encuentro cansada, cuando el miedo me acorrala. Me da paz saber que cuando yo lo decida, podremos encontrarnos y tocarnos por el tiempo que deseemos, escucharnos sin palabras; amarnos sin tiempo.

Hoy

 Hoy me permito extrañarte

Irreal

 Ha pasado tanto tiempo, soñarte es la mayor irrealidad existente

Llegada

 Fueron las dos de la tarde, el Sol medianamente calienta las manos de Julia. La carretera se muestra como cada día, llena de autos que tienen prisa de llegar a su destino, cuánta gente transita a diario sin sentir cuántas horas se comparten con la soledad o con viejas canciones. Así son los días de Julia, tranquilos por las tardes mientras regresa, comiendo en el camino para poder incorporarse al trabajo recién llega al consultorio. La carretera de relaja, es tiempo para ella, para cantar, para respirar, para escuchar aquellas canciones que le hacen sentir viva. Estar viva... así. Pareciera ser que el tiempo pasa con mucho sentido para ella, cada día reconoce y agradece la vida que lleva. Sin duda, con sus vicisitudes; pero en paz. El amor que la rodea la hace sentir plena, el trabajo le llena el alma. Aquella tarde, cerca de las autopistas, un auto se detuvo. Era una camioneta blanca, sobre el carril de baja velocidad. Julia no reconoció aquel movimiento. En fracción de segundos ...

Doce

 Las doce con un minuto, qué vida, qué cosas que se ha llevado y más las buenas que ha traído. Qué perdida de tiempo esperar que el viento toque mi rostro, cuando él ya no respira más 

Ni un segundo

 La felicidad completa no existe, sólo pequeñas bocanadas de tranquilidad, placer, alegría. Sucede que a veces llega por milésimas de segundo, sólo para recordarte que está ahí, esperando; resguardada a que la encuentres a que choques con ella en alguna avenida, en una playa, en una caricia, en un recuerdo. Julia reconoce ahora esa sensación y la aspira en su respiración profunda de las mañanas, por las tardes cuando maneja en carretera de regreso a casa, cuando abre la puerta a un paciente y despide a otro que se va satisfecho y agradecido por la sesión; cuando cierra sus ojos al escuchar sus canciones, cuando habla con sus hijas, cuando se sabe orgullosa de sí misma. No sólo por lo que ha logrado, sino por el camino transitado entre sombras y lágrimas, como también entre risas y destellos de felicidad. Hoy quizá no fue el mejor día, pero ha tomado una decisión: seguir escribiendo para sí, sólo por el hecho de tejer palabras con desahogo; que nos permitan a ambas ser un día una mi...

Mi vida

 El frío recorre mi cuerpo, las olas están más altas en las últimas horas. Deseo tomar por los cabellos al mar y gritarle que le amo, que me siento ausente y que seguiré así, distante, siendo lo más sano para ambos. Que ese mar que pudo sólo tocar mis piernas, que se perdió de tocar el resto de mi cuerpo. Que el sonido de su furia, lo llevaré en mis pensamientos, que al cerrar mis ojos sentiré entre mis dedos la espuma de su latir 

Una pesadilla

 Recordar todo lo que hizo él a veces me hace sentir que la mayoría fue una terrible pesadilla  Y otras olvido y me culpo por permanecer melancólica, si realmente Braulio me hizo vivir lo que jamás pensé que podría ni siquiera sobrevivir cualquier persona 

A unos pasos

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Se avecina una tormenta en pleno invierno. Las nubes se ponen cada vez más negras y bajan más sobre las torres de edificios de la ciudad.  A penas me percato que estoy a unos pasos del último lugar donde nos vimos. Esa calle tranquila nos vio por última vez juntos, en un abrazo lento, suave. Y aquí escribiendo a urtadillas de mi realidad.