Todas de golpe
Había pensado dejar sin concluir la relación con Alan. No darle un final, no despedidas, no cortes tajantes; para que, doliera menos. Pero con el paso de los días, me doy cuenta que dejo mi esencia en cada una de las esperas de alguien a quien no le intereso. Es la viva imagen de Enrique, donde busco y no encuentro ni respuesta ni respiro. Más bien me ahoga más, me sofoca y me hace llorar de dolor. ¿Por qué permitir semejante juego?, no comprendo aún, ni logro desentrañar las causas que me mueven hacia el retorno constante hacia él. Me busca y puedo olvidar el dolor que me causó a penas unos momentos atrás. ¿De qué trata esta historia que se escapa de extinguirse?, ¿por qué se repite?, ¿qué enseñanza no se ha aprendido en su totalidad?, ¿por qué el dolor es tan profundo, que me lleva a llorar a oscuras en el baño, cuando todos se han marchado? No lo sé aún; en ocasiones dejo la pregunta al aire, con la necesidad de que sea respondida desde un punto donde pueda observar la res...