La mañana continúa

Parecía ser una mañana común, reestructurada, más pacífica para Julia. El golpeteo de las gotas gordas que caían rítmicamente sobre el domo que posa sobre las escaleras de granito, le sugerían seguir recostada. Las sábanas cálidas en tonos rosados, la rodean queriendo evitar su levantar. A penas tocaron sus pies desnudos el suave tapete que la recibe, observa su móvil y se percata de varios mensajes por medio de otra red Después de unos segundos de escarbar en sus recuerdos, logró identificar la identidad del sujeto que había enviado tantos mensajes entre la noche. Qué hacía Sebastián mandando mensajes después de cuatro años de su último encuentro? Julia tiene 47. Acaso Sebastián no ha descubierto a nadie en todo este tiempo que llene sus necesidades? Dejó el tema por el lapso de una hora para poder salir a carretera. Bajando las escaleras se sintió tibia nuevamente, su coordinado rosado en combinación con una blusa de cuello alto que dejaba ver su camise...