Yo no te sufrí

- Yo no te sufrí- comentó Enrique la última ocasión que se vieron. Era un viernes por la tarde, cuando el móvil sonó, un mensaje había llegado: - ¿Dónde estás?- Era Enrique. El corazón de Julia estalló hasta la garganta, que de pronto, se le cerró por completo. Enrique había insistido en reunirse en algún café, cuando ella viajara a la ciudad donde vivieron su amor. Sin embargo, Julia lo evitaba en todo momento. Ella sabía que si se diera dicho encuentro, sería como regresar nuevamente a atorar sus alas en la nada. Que sus pensamientos giraran irremediablemente en torno a situaciones que no debieron ser o crear historias sin un sentido lógico. Evadía el tema cuando en aquellos años él la invitaba a verse. Pero aquella tarde, bajo el viento fresco de la casa de sus padres, sutilmente, llegó ese mensaje. - Voy llegando con mis padres- respondió Julia inquieta. - Quiero verte- solicitó Enrique - estoy cerca de la casa de tus papás- Julia tenía un compromiso aquella noche. - Sólo ten...