Texteó

Julia ha evitado rastrear algunos indicios de su malestar, aplazando una y otra vez la incomodidad de sus fantasmas. Esos fantasmas, que lejos de pensar que tienen una función en su ser los ha dejado permanecer con ella, dentro de su existencia como cuando se deja estar al aire dentro de una habitación. Esos fantasmas que ni dejan de existir, ni hablan, ni llaman, ni responden; pero que tampoco se evaporan, que no huyen como los que los crearon, que no evaden las secuelas como quien niega que las provocó. Después de algunos años ha tomado la decisión de sacarlos de su cabeza, pero quizá éso requiera de un valor excepcional, una fuerza de voluntad que no tiene en su ser para este tipo de proeza. Deberá recurrir a su terapeuta de toda la vida. Para ello, primero, localizar el número telefónico que ella sabe que ya no conserva. Hace algunos meses, en un arranque de sobriedad, decidió vaciar su pasado por completo y fingir que ya no era ella; que de pronto toda su vida había tom...